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Mostrando entradas de mayo, 2020

ÍNDICE

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#7

#12 Tras la primera, la segunda, la tercera, se me hunden las pisadas en el fango por el peso de las cláusulas y enmiendas que conducen mis pasos. Hago equilibrios en la frontera de la saliva y mientras hago murmullo del barullo, entierro en mi carne las palabras y recorro el camino de la vena. A mí no me hables de infancias amputadas, de los pétalos desmembrados y el nombre de las flores, dime que tienes ganas cuando llego a la cama a contrasol con la ternura líquida entre mis fauces. No me hables todavía de la extinción cuando has visto que lo hago todo aposta: la mueca, la entonación; cuando he puesto en tu balanza la depravación exacta para hacerte verter y levitar. #13 Sólo tú ves los colmillos de mi sonrisa, y a veces me los afilas a sabiendas de mi instinto y a veces me los limas con el tacto de tu lengua, hasta equilibrar mi necesidad de dolor y amor, de decaer y avanzar.

#6

#10 Ahora que primera hora son las 10.30, y has descubierto mi tinglado: la lucha entre la piel y lo que sea que contengo; entiendes que mis palabras tuyas están libres de erosión. Por más que pelee en medio del laberinto, sigo bailando alrededor de tu totem. #11 No sale de mi boca el fuego, no sale de mi cabeza, cuando me la abro contra el suelo. Ese fuego sigue el rastro de la vena. Lo sigue hasta llegar al corazón de vuelta para arder. El recorrido hacia tu limbo traza un camino, una huella entrelazada, que recorro hasta saciarme del recuerdo de cuando estaba como un felino apaciguado, y las llamas sobre mis narices estaban en orden.