#6

#10

Ahora que primera hora son las 10.30,
y has descubierto mi tinglado:
la lucha entre la piel y lo que sea que contengo;
entiendes que mis palabras tuyas están libres de erosión.

Por más que pelee en medio del laberinto,
sigo bailando alrededor de tu totem.


#11

No sale de mi boca el fuego,
no sale de mi cabeza, cuando me la abro contra el suelo.
Ese fuego sigue el rastro de la vena.
Lo sigue hasta llegar al corazón de vuelta
para arder.

El recorrido hacia tu limbo
traza un camino, una huella entrelazada,
que recorro hasta saciarme del recuerdo
de cuando estaba como un felino apaciguado,
y las llamas sobre mis narices estaban en orden.

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