#7

#12

Tras la primera, la segunda, la tercera,
se me hunden las pisadas en el fango
por el peso de las cláusulas y enmiendas
que conducen mis pasos.

Hago equilibrios en la frontera de la saliva
y mientras hago murmullo del barullo,
entierro en mi carne las palabras
y recorro el camino de la vena.

A mí no me hables de infancias amputadas,
de los pétalos desmembrados y el nombre de las flores,
dime que tienes ganas
cuando llego a la cama a contrasol
con la ternura líquida entre mis fauces.

No me hables todavía de la extinción
cuando has visto que lo hago todo aposta:
la mueca, la entonación;
cuando he puesto en tu balanza la depravación exacta
para hacerte verter y levitar.

#13

Sólo tú ves los colmillos de mi sonrisa,
y a veces me los afilas a sabiendas de mi instinto
y a veces me los limas con el tacto de tu lengua,
hasta equilibrar mi necesidad
de dolor y amor,
de decaer y avanzar.

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