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#9 Después de ser la flor en el desierto, la luz tras las persianas, me dormí entre los escombros y tu piel me resucitó, tan entrevivido como siempre. Si no llegase tu primavera sería ceniza. No obstante te acercas como lluvia y me quedo en niebla e infortunio; me quedo, como un corazón colgante, bombeando sangre y veneno por partes iguales. Si no llegase tu otoño sería hojarasca Me prendo otra vez, y otra vez al límite del borde hasta que me encuentro en tu boca, hasta que la pierdo , y atado al hechizo, me vuelvo esencia y calavera; hasta que dejo en el horizonte de la playa una rosa dibujada; un túmulo escondido donde acumular tu espuma.